Reflejemos a Jesús

G. White Elena


El ánimo carnal es enemistad contra Dios, y se rebela contra su voluntad.
Se me ha mostrado lo que es el hombre sin conocimiento de la voluntad de Dios... Pero cuando el Espíritu de Dios le revela el significado pleno de la ley, ¡qué cambio se produce en el corazón! Como Belsasar, lee inteligentemente la escritura del Todopoderoso, y la convicción se apodera de su alma. Los truenos de la Palabra de Dios lo sacan de su letargo, y pide misericordia en el nombre de Jesús. Y Dios escucha siempre con oído voluntario esa humilde plegaria. Nunca aparta al penitente sin consolarlo.

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